Un grupo pequeño es una reunión con propósito, que reúne un número reducido de personas en un horario acordado y en un ámbito familiar, con el objetivo de crecer hacia una vida abundante en Jesucristo.
Esta forma de estudio ha demostrado ser muy efectiva en el crecimiento de la iglesia local, no solo por la posibilidad de evangelismo, sino también facilitando la comunión para la madurez del creyente. Es una forma muy efectiva de desarrollar le vida espiritual de la iglesia.
Una herramienta que no pasa de moda
El modelo de la iglesia primitiva incluía actividades en grupos pequeños. Las primeras iglesias en realidad no eran templos, eran casas de familia. Por ejemplo, Priscila y Aquila tenían una iglesia en su casa (Saludad también a la iglesia de su casa… Romanos 16:5). Se juntaban para compartir con la familia de Dios, para estudiar las escrituras, orar y participar del pan. “Y todos los días, en el templo y por las casas, no cesaban de enseñar y predicar a Jesucristo” (Hechos 5:42 RV60).
La instrucción bíblica se da en un contexto relacional, a través de la preocupación unos por otros, la oración y el apoyo.
Una herramienta eficaz para la evangelización
Es importante destacar que un grupo pequeño provee un espacio sumamente eficaz para la evangelización. Invitar a un amigo a una reunión informal el martes por la noche en una casa es mucho más accesible que invitarlo a la iglesia el domingo por la mañana. Además, en un grupo pequeño los nuevos creyentes tienen la posibilidad de hacer amigos de inmediato, lo que facilitará su permanencia y consolidación con la iglesia.
Un grupo promueve compromiso, motivación, constancia, compañerismo, un modelo de la vida cristiana y el aprender los unos de los otros.
Pasos necesarios para comenzar
- Habla con el pastor, preséntale tu inquietud sobre el tema y coordina cada paso con el.
- Busca una persona que sea capaz de liderar el grupo, que se encargue de guiar las reuniones y pueda hacer un seguimiento acompañando y alentando a cada integrante.
- Una familia dispuesta a abrir su casa, que tenga un espacio adecuado para reunir al grupo.
En conclusión, esta forma de estudio y comunión de los grupos caseros puede ser una herramienta muy efectiva, siempre y cuando comprendamos el valor y la necesidad de trabajar de cerca y de manera directa con las personas.
Tomado de:
“Los grupos pequeños pueden ser una herramientas poderosa para el crecimiento de la iglesia” Revista La Fuente
“El modelo de la Iglesia del Antiguo Testamento” Jose Young