Capacitación
Presentamos aquí una breve síntesis del cuaderno “Células y otros grupos pequeños”. Recomendamos que el grupo de líderes de grupos complete este cuaderno antes de intentar guiar a un grupo.
El Grupo de Estudio
El grupo se reúne —normalmente una vez por semana— para conversar sobre el pasaje o tema de estudio. Decimos conversar, porque es un elemento esencial de la metología. Además resuelven problemas o preguntas, y buscan maneras de aplicar el estudio a sus vidas y también a sus iglesias.
Cada estudiante normalmente tendrá un cuaderno de estudio, que llevará a su casa para poder contestar las preguntas y hacer los ejercicios que cada lección requiera. Luego, los estudiantes se reúnen con la persona que dirige la clase, para compartir las respuestas, contestar las preguntas que puedan surgir, charlar sobre la lección y extraer sus aplicaciones prácticas.
Destacamos la formación de grupos de estudio. La unión del estudio personal con el diálogo de grupo ofrece un estímulo importante para el crecimiento espiritual. Los materiales de ECC pueden ser utilizados en la obra personal, es decir, entre dos personas; pero, aun en este caso, el diálogo es una parte clave en el proceso de aprendizaje. Los grupos normalmente tendrán entre cinco a diez personas.
El Método
Este método de estudio tiene varios beneficios:
- Los integrantes forman una parte activa en el proceso de la enseñanza: participan. Aprendemos mucho más si nosotros mismos tenemos que pensar sobre el tema, llegar a conclusiones, y compartirlas con los otros integrantes del grupo.
- Hay libertad para comentar y preguntar. Tal vez éste es uno de los aspectos más valiosos. Los sermones que escuchamos regularmente son monólogos. Quien los expone no sabe qué están pensando sus oyentes, y éstos a su vez tampoco tienen oportunidad de preguntar u ofrecer sus propias opiniones sobre el tema. Pero en el estudio de grupo se espera que todos intervengan. Se insiste en que hay libertad de preguntar y expresarse. Ese ambiente despierta en muchas personas un interés en la Biblia y en el estudio cuando antes había indiferencia.
- El estudio en grupo tiende a crear una verdadera comunión entre sus miembros. A menudo el ambiente de la iglesia es como el de un ómnibus: todos viajamos juntos hacia la misma meta, pero no tenemos una relación personal. Pero en un grupo pequeño, todos pueden conocerse como personas.
- El estudio en grupo nos ayuda en la comunicación de nuestra fe. La mayoría de los miembros de una congregación se sienten incómodos cuando tienen que conversar acerca de Jesucristo. No saben explicarse, porque están acostumbrados a escuchar acerca de las cosas de su fe, y no a comunicarlas. Pero el estudio en grupo le brinda a cada uno la oportunidad de preguntar, expresarse y explicar a otros lo que aprende. Después de esta experiencia, le será más fácil comunicarse en otras circunstancias.
- El estudio en grupo provee a la iglesia una metodología de trabajo que no se limita solamente a los pastores u obreros. En cada iglesia un buen número de los miembros, tanto jóvenes como mayores, pueden aprender a dirigir grupos. De esta forma se puede movilizar a muchos miembros de la congregación que actualmente no tienen una parte tan activa.
- Es un método aplicable en muchos contextos. Puede utilizarse, por ejemplo, para clases de escuela dominical, reuniones de jóvenes o reunión de enseñanza. Sirve para la evangelización en distintas situaciones, como por ejemplo grupos de matrimonios en un hogar, grupos de estudiantes, grupos femeninos, etc. El hecho de que el grupo es de pocas personas, y que no necesita a un “obrero de la iglesia” para dirigirlo, permite la formación de grupos de estudio en diversas situaciones y también con diferentes personas.
Los Cuadernos
Es necesario reconocer que existen diferentes niveles espirituales e intelectuales en la iglesia. La Biblia misma los menciona cuando habla de los niños, jóvenes y padres (1 Juan 2:12-14) como indicación de la madurez espiritual.
Es importante identificar estos diferentes niveles, porque sus necesidades son muy diversas. Es sumamente difícil, si no imposible, tener un solo curso de estudio que sea provechoso para todos. ECC ofrece materiales de tres diferentes niveles.
El Guía
Generalmente una persona tiene la responsabilidad de dirigir o coordinar el encuentro de estudio. No “enseña” a la clase, ni tampoco expone el tema, sino que su papel es ayudar al grupo a examinar el tema, pensarlo y compartir los resultados.
No lo llamamos “maestro”, porque su función es distinta. No “dicta” la clase, sino busca la participación del estudiante en la misma.
Los tres estilos de grupos:
Existen por lo menos tres modelos de lo que puede ser un estudio en grupo:
El primero es el tradicional. Hay una persona que habla y algunas personas que pasivamente escuchan. Este puede ser un verdadero estudio si la persona que habla tiene mucha preparación y la capacidad de transmitirlo, aunque en la práctica raras veces sucede.
El segundo es lo que casi siempre ocurre en los primeros encuentros de un grupo. Hay discusión, pero sólo entre el guía y los miembros; no es diálogo de grupo, sino diálogo entre el guía y los distintos miembros.
El tercero es el ideal. Todos los miembros del grupo se preguntan, se contestan, comparten lo que encuentran en el texto. El guía está presente, pero como miembro del grupo. Es un miembro clave, por supuesto, pero el estudio no se centraliza en él. El solamente coordina el trabajo de investigación que hace el grupo.
El Papel del Guía
Recomendamos que cada persona que dirige un grupo, estudie primero el “Células y otros grupos pequeños” (publicado por ECC). El mismo analiza la metodología de estudio y el papel del guía, y provee ejercicios para la práctica.
En esencia, la tarea del guía es ayudar a los miembros del grupo a descubrir por sí mismos la verdad bíblica. Realmente, muchas veces el “buen predicador” no sirve para esta forma de estudiar porque tiende a dominar demasiado al grupo.
En un sentido el guía es un estimulador que ayuda al grupo por medio de preguntas, a pensar más profundamente sobre el tema.
En otro sentido es un coordinador, el que frena a los que hablan demasiado, estimula a los que hablan poco, cuida la progresión del estudio, controla el horario, etc.
El Grupo
El grupo no debe ser muy grande. El número óptimo sería entre 5 y 10 personas. Si los interesados son más, es mejor formar dos o más grupos. Con un número demasiado grande, se pierden varias de las ventajas que enumeramos.
Lo que se hace en el grupo es sencillo. Repasan una por una las preguntas del cuaderno, tratando de aclarar diferencias, resolver problemas y aplicar la lección. Pero hay varios factores de dinámica de grupo que se deben tomar en cuenta.
El Ambiente
La naturaleza del estudio en grupo requiere que el ambiente de estudio sea abierto, espontáneo, informal. No realizarse como una “reunión tradicional” de la iglesia con una apertura formal de himnos, oración, anuncios, etc. Es mejor que sea como un encuentro de amigos, de compañeros o vecinos, que se han reunido con un propósito común.
La Biblia
Conviene que todos utilicen la misma versión de la Biblia durante el encuentro de estudio. Puede haber, y es conveniente que haya, otras traducciones a mano para hacer consultas, pero se evita mucha confusión si todos tienen el mismo texto para la lectura y el estudio.
La Introducción
Antes de comenzar el estudio el guía debe hacer una introducción breve que contenga, por lo menos, dos elementos:
- Primero, al comienzo de una serie de estudios, o cuando una persona nueva entra a un grupo ya formado, el guía debe explicar lo que van a hacer. Los nuevos necesitan saber qué clase de estudio es, y que ellos también pueden participar con observaciones y preguntas.
- Segundo, debe haber una introducción a la lección del día. Esta ha de incluir un resumen del estudio anterior, si es apropiado. Puede hacerla el guía mismo o pedir que la haga un miembro del grupo. Si hay personas nuevas o si comienzan una nueva serie, el guía debe dar la suficiente información sobre el estudio para que estén todos ubicados en el mismo.
Las Preguntas
Son una parte primordial de este método. Ellas son las que estimulan al grupo para el estudio y la reflexión.
Las preguntas que contienen los cuadernos tienen un propósito específico. Son como un camino, un mapa que lleva al grupo por el tema hacia una aplicación personal. Van desarrollando el estudio paso a paso; pasan de verdad en verdad, de idea en idea.
Pero las preguntas de los cuadernos no son indefectiblemente las únicas. Muchas veces el guía tendrá que agregar otras, especialmente cuando es necesaria una aclaración o ampliación. El guía no puede quedar satisfecho sólo con que los estudiantes contesten bien las preguntas; tendrá que asegurarse además de que entiendan todo lo que han hecho, y para eso deberá estimular a la clase por medio de sus propias preguntas. No debe tener temor de preguntar ¿Por qué? o exigir una explicación repetidas veces.
Quizás el método expuesto le ha parecido un poco complicado, pero notará que al ponerlo en práctica irá aprendiendo el guía junto a los miembros del grupo. Para cualquier consulta o información, estamos a sus órdenes. Que el Señor lo guíe y ayude en la iniciación de esta tarea.